viernes, 30 de mayo de 2014

EL PROFESORADO, CLAVE PARA UNA EDUCACIÓN DE CALIDAD.

Vivimos en una sociedad que, cada día con mayor velocidad, se va convirtiendo en una sociedad multicultural.

La globalización en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural, los fenómenos migratorios, los nuevos sistemas de producción, el incremento de la movilidad de las personas y de los grupos humanos, etc., tienen una repercusión directa en el mundo escolar.

La pluralidad y la creciente diversidad cultural, religiosa y étnica en las comunidades educativas, generan procesos de transformación social que reclaman una creatividad que dé fundamento a diversas maneras de construir la identidad personal y colectiva, y nuevos esquemas de trabajo educativo capaces de articular diferentes identidades cívicas y culturales y de promover nuevos modelos de vida y de relación ciudadana.(1)

Todo ello, hace que el Maestro y el Profesor, sea clave para una educación de calidad, ya que como dice el Informe Mackinsey (2007, 2010): “La calidad de un sistema educativo no podrá ser mayor que la calidad de sus docentes”;(2)

Una educación integral en el ámbito de la educación en competencias desde la perspectiva del “hacer” y de las “conductas” exige un crecimiento de la persona en referencia a su propio cuadro de valores, en cuya construcción el educador tiene una gran tarea. Las generaciones adultas hemos crecido en un marco de valores bastante estable, cuya definición e interpretación estaban suficientemente consensuadas, aún con las limitaciones y dificultades para encarnarlos en la vida diaria. Unos valores que se aprendían en la vida familiar, escolar, social, con el apoyo, también, de los maestros que se esforzaban en enseñarlos y en ayudar a sus alumnos a asimilar unos criterios éticos coherentes con los mismos.(3)

Sin embargo, en una situación de cambio permanente de nuestro entorno social, no podemos presuponer significados comunes a un cuadro común de valores, ni en la familia, ni en la sociedad, ni en el mundo escolar, donde cada centro promueve un cuadro propio de valores que, en el marco de su misión y visión, reflejan su identidad y la de su oferta educativa. Con ese panorama, la “enseñanza” de unos valores que favorezcan el crecimiento integral de los alumnos exige en los educadores un cambio de perspectiva educativa: el compromiso de ayudar a los alumnos a descubrir e interiorizar el significado vital de los valores, haciendo experiencia escolar de los mismos bajo el ejemplo, la experiencia y la vivencia de los mismos por los adultos de la Comunidad Educativa.(4)

Es así como el educador llega a ser " testigo" de la verdad, del bien y de un compromiso ético permanente, aun consciente de su fragilidad y de posibles fallos que, en ningún modo, comprometerán su credibilidad como educador que al asumir su misión y exponer su vida y su acción a la mirada comprensiva, pero crítica, de los alumnos, les ayuda a descubrir el sentido de lo que estudian, y a plantearse sus interrogantes de vida. Su experiencia y competencia coherente con el cuadro de valores que propone, fundamentan su autoridad personal y profesional.(5)

Desde la óptica cristiana, el profesorado debe encarnar los valores del Evangelio y ser, además, testigo en su vida diaria y en su comportamiento, de esos mismos valores que intenta transmitir y enseñar.

(1),(2),(3),(4),(5),El Profesorado, clave para una educación de calidad. Edita FERE-CECA.


martes, 6 de mayo de 2014

LAS CONSECUENCIAS DE LA PROFESIONALIZACIÓN DE LA POLÍTICA.

A punto de comenzar la campaña electoral al parlamento europeo y tras las primeras reacciones de los partidos políticos, me confirmó una vez más, en mis ideas.

La primera es indiscutiblemente la profesionalidad de la política. Digo esto, porque, cuando la política se convierte en una profesión para ciertas personas, se corre el peligro, como está ocurriendo, de que el político, pierde el norte del bien de la política como el servicio que debe de prestar a la comunidad. Lógicamente como consecuencia, se convierte la política, en su forma de vivir. No solamente del político de turno, sino de todos sus allegados, convirtiéndose la cuestión, en un clan cerrado y controlado, de manera que nadie altere el orden establecido. Como mucho, quede todo en pequeñas discusiones familiares. Y digo todo esto, porque yo creo que ciertos políticos después de estas elecciones, deberían plantarse su lugar en la política; pero claro dónde va el buen señor, posiblemente sin oficio y solamente el beneficio de la política.

La consecuencia de todo esto, es la segunda conclusión que yo tengo. Y es que, al poder económico le interesa, que exista la profesionalización de la política; pues es la única manera de ellos poder garantizarse sus políticas económicas y sus grandes beneficios. Ya que, al tener siempre los mismos políticos, estos pueden ser así tentados a la corrupción y a la comprar de sus intereses. Esto, lógicamente no ocurriría, si hubiera una alternancia y rotación de los políticos cada ocho años, dentro de la estructura de su partido político, como a nivel de las instituciones gubernamentales. Desde esta perspectiva, el tema de la corrupción sería muy difícil de sembrar en el tiempo dentro de una idea política.

Posiblemente, tengamos que realizar un esfuerzo para profundizar en el concepto de la democracia. La democracia es el mejor camino para superar los problemas humanos y sociales por la vía del diálogo y de la participación de los ciudadanos en la gestión de la sociedad. Sin embargo, la democracia no ha de ser solamente un concepto formal; sino que tiene que ser un planteamiento real.

Un planteamiento que debe partir desde un compromiso social del político con su país, comunidad o ciudad; pero especialmente, un verdadero compromiso por las personas.


¿Cuándo se van a enterar de que lo importante son las personas?

domingo, 4 de mayo de 2014

EL CUENTO DE LA SEMANA. LA GALLINA Y EL CERDITO

“Había una vez una gallinita emprendedora que quería montar un negocio en la granja.

Como había cada vez más animales en la granja tuvo la gran idea de montar un restaurante. Para llevar a cabo su idea necesitaba un socio. Así que se dirigió hacia el animal que más confiabilidad le daba: el cerdito.

- Hola Cerdito – le dijo la gallina. Quiero abrir un restaurante en la granja y he pensado que tal vez querrías ser mi socio.

- No sé – respondió el cerdito. ¿Y cuál sería el plato estrella del restaurante?

- ¡Qué te parece “huevos con jamón”! – respondió la gallina.

- No gracias. Creo que tú estarías involucrada pero yo tendría que estar comprometido."

Este cuento, nos deja claro que no es lo mismo compromiso que involucración. Involucrarse sería en este caso “estar incluido”, “participar de”. Comprometerse va más allá de participar. Es dar la vida en el caso de la historia de la gallina y el cerdo. 

La persona comprometida es generosa, busca como dar más afecto y bienestar, se esfuerza y contribuye más. Va más allá de lo que supone el deber contraído. 

“Compromiso es lo que transforma una promesa en realidad. Es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones. Es la acción que habla más alto que las palabras. Es hacerse el tiempo cuando no hay. Es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se vuelven adversas. Compromiso es el material con el que se forja el carácter para poder cambiar las cosas. Es el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo”.( Shearson Lehman )


jueves, 1 de mayo de 2014

COMUNICADO DE LOS RECTORES DE LAS UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS ANTE LOS RECORTES EN LA UNIVERSIDAD.

Los Rectores de las Universidades Españolas piden la finalización de las medidas excepcionales que afectan al estudio, a la actividad docente y a la investigación

Se han cumplido dos años de la aprobación del RDL 14/2012, de “medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo”, una norma que modificó la Ley Orgánica de Universidades y afectó a aspectos tan sensibles como los precios públicos y la organización de la actividad docente. Las normas presupuestarias posteriores han afectado a los salarios, a los derechos laborales y a las expectativas profesionales de todos los empleados públicos y, por tanto, también a los de las universidades.

Los Reales Decretos sobre becas han cambiado su naturaleza de derecho por la de una ayuda por la que se compite, con requisitos académicos endurecidos que sufren quienes más las necesitan. Asimismo, las ayudas Erasmus han restringido también sus criterios de concesión en los últimos dos años.

En investigación, el menor presupuesto y la secuencia de las convocatorias aplicadas por el Gobierno de España y por algunos gobiernos autonómicos han comportado un elevado recorte efectivo de consecuencias irreparables para muchos grupos de investigación. Este entendimiento de la I+D+i como un gasto y no como una inversión contrasta con la política de los países más avanzados.

Los rectores consideramos especialmente dolorosas y difícilmente justificables, por su mínimo impacto económico, las medidas que afectan a los jóvenes. El incremento de los precios públicos de los grados y, muy por encima de ellos, el de los másteres, afecta a las posibilidades formativas de nuestros jóvenes en un momento especialmente negativo para el empleo. El acceso a la profesión académica se encuentra cerrado para ellos, salvo los resquicios que dejan las insatisfactorias tasas de reposición. Estas cercenan las perspectivas de los profesores universitarios en su carrera académica y minan la motivación para la mejora permanente en docencia e investigación. Las limitaciones normativas han provocado que las plantillas de profesores, investigadores y personal de administración y servicios se hayan llenado de figuras y plazas interinas y precarias, algunas recurridas por el propio Gobierno, que resultan inadecuadas para la función universitaria, docente, investigadora y de gestión.

Las medidas, según decía el RD 14/2012, eran excepcionales y se justificaron por la coyuntura económica del momento. Ante las afirmaciones de una perspectiva de mejoría económica en España, pedimos la supresión de las que vayan más allá de un ahorro racional y una gestión eficiente y austera, en el marco de los criterios presupuestarios que se fijen.

Los precios públicos de matrícula en las universidades deben ser accesibles y razonables en todos los niveles formativos. Debe recuperarse el sentido de las becas y ayudas como garantes de la equidad. Debe volver la autonomía de gestión de la actividad docente e investigadora de las universidades. Debe ser posible que éstas configuren ordenadamente sus plantillas, con fórmulas de renovación y promoción ajustadas a su realidad y a su planificación estratégica. Debe retomarse el apoyo a la investigación y a la innovación para regresar a una senda de crecimiento, basado en el conocimiento y la especialización inteligente y sostenible, que evite la pérdida de talento y aproveche la formación proporcionada.


La universidad española, como toda la universidad europea, afronta necesidades de adaptación de su sistema a una realidad social y económica que exige una modernización de sus estructuras y funcionamiento. Para poder abordarla, es necesaria la búsqueda de un amplio consenso social y político que debe empezar forzosamente por la recuperación de la normalidad en su vida académica, docente e investigadora. La consecución de estos objetivos nos implica a todos -agentes sociales, gobierno, comunidades autónomas y universidades- y es necesario conseguirlo en beneficio de la sociedad española.