martes, 15 de abril de 2014

CLAVES PARA ELEGIR ENTRE LA JORNADA PARTIDA O CONTINUA EN LOS COLEGIOS.

¿Jornada partida o continua? Este es un dilema al que se enfrentan muchos padres a la hora de elegir el colegio de sus hijos. Pero también es un motivo de polémica entre familias y profesores cuando en los centros educativos se plantea cambiar la tradicional jornada partida por la continua. Motivos no les faltan a unos y a otros para defender las bondades y perjuicios de cada uno de estos sistemas.

Ya sea porque a muchas familias la jornada continua les permite conciliar, o porque se ahorran el estrés de realizar dos viajes al colegio durante la jornada escolar, o porque les resulta más cómodo, o porque permite que los alumnos tengan la tarde libre... lo cierto es que las familias que eligen esta opción están más satisfechas con el paso del tiempo. «Hoy en día la conciliación supone a veces hacer auténticos encajes de bolillos, por lo que padres y madres se deciden por una u otra en función de sus necesidades. No es que no les preocupe si es bueno o no para el hijo, sino que la necesidad principal es hacer coincidir horarios para poder atender a los niños», explica Beatriz Menéndez, pedagoga y directora de Esparcer.com.

¿Pero realmente a quién beneficia la jornada continua? Si bien sus defensores argumentan que es mejor para los alumnos porque rinden más y se cansan menos, otros critican que no se piensa en los estudiantes sino que son los profesores los que más se benefician de la jornada continua porque es una reivindicación que mejora sus condiciones laborales.

Los defensores de la jornada continua aducen una serie de ventajas que son criticadas por sus detractores. Esto es lo que unos y otros argumentan:

1. El rendimiento intelectual es mayor durante la jornada de la mañana que en horas posteriores a la comida. «Pero en realidad no hay estudios lo suficientemente generalizados que lo demuestren de forma contundente», asegura la pedagoga Beatriz Menéndez. «Los periodos de atención —explica— son mejores en las horas centrales de la mañana y las últimas de la tarde, siendo las primeras y finales de la mañana en las que más decae la atención».

2. El cansancio de los alumnos es menor con la jornada continua. Sin embargo, Óscar González, profesor de Primaria y director de la Escuela de Padres con Talento, considera que «exige un esfuerzo al alumno, porque se concentran todas las sesiones en una mañana más extensa».

3. Con la jornada continua no se producen interrupciones horarias que afecten a la atención. Los alumnos están en clase en los periodos de máximo rendimiento. Durante las primeras horas se dan las áreas que suponen mayor esfuerzo, después del recreo las de esfuerzo medio-bajo para terminar con actividades relajantes como plástica o manualidades. Se evita perder el tiempo dos horas para comer y luego volver a reiniciar las clases.

No obstante, lo más recomendable al realizar una jornada continua es disfrutar de más periodos de descanso. «Se deberían ofrecer diversos descansos entre clase y clase, dejar unos minutos para despejarse y cambiar de materia; levantarse, estirar la piernas... Además de un recreo más largo para jugar y relajarse», recomienda Beatriz Menéndez. Eso lleva a que el tiempo de la clase sea más reducido, comenta el profesor González.

4. Los alumnos tienen más tiempo para realizar actividades extraescolares por la tarde. Pero «no hay que sobrecargar a los niños con estas actividades cada día, independientemente de la jornada que tengan», defiende el profesor González. «Las extraescolares deben ser un complemento y responder a los gustos e intereses del niño, no ser una carga añadida. No deben ocupar todas las tardes de la semana», añade la pedagoga.

5. Los estudiantes disponen de más tiempo por la tarde para hacer deberes, jugar y estar con la familia. Sin embargo, un artículo publicado en Cuadernos de Pedagogía por Rafael Feito, profesor de Sociología de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, comenta los riesgos de esta argumentación: «La jornada continua puede favorecer la vida familiar si uno de los cónyuges es ama de casa o ambos trabajan y tienen horarios conciliadores. Pero esta no es la situación de la mayoría de las familias. Por el contrario, disponer de las tardes libres puede implicar el riesgo de que un alto porcentaje de niños caigan en las garras de la televisión, los videojuegos y del ocio improductivo».

6. La jornada continua favorece que los profesores puedan dedicar más tiempo a su formación y a las familias. El profesor Feito sostiene que «el hecho de que los maestros dispongan de varias tardes libres no se ha traducido en una intensificación de su formación permanente. Y en algunos lugares la atención a los padres se ha trasladado a horarios inverosímiles».

7. El profesor Feito cita en su artículo un estudio de José Antonio Caride, profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, que, aunque de 1993, detectó que los alumnos de jornada continua tienen más deberes para casa.

M. J. PÉREZ-BARCO / MADRID
Día 15/04/2014 - 13.41h
ABC.


viernes, 11 de abril de 2014

CORTOMETRAJE "PIPAS" de Manuela Moreno


Recientemente he descubierto una de esas “semillas” para despertar consciencias en el cortometraje “Pipas” de Manuela Moreno. El corto es una joya de poco más de tres minutos que recoge a la perfección este objetivo. Una invitación en toda regla a mirarse el ombligo dirigida a los jóvenes y también a la sociedad en general (especialmente al sector educativo) que consiente que se expanda el virus de la ignorancia, ajena a los peligros que ello comporta. También en esto me sirve el título del post de hoy...


miércoles, 2 de abril de 2014

CONGRESO INTERNACIONAL PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA PARA EL SIGLO XXI

Más de 250 pedagogos, maestros, profesores, teólogos y estudiantes participan en el VII Congreso Internacional de Educación Católica para el siglo XXI que, bajo el lema "Narración Bíblica y Educación", tiene lugar en el Centro Arrupe de Valencia, organizado por la Universidad Católica de Valencia "San Vicente Mártir" (UCV).

El congreso tiene como objetivos "reflexionar sobre el estatuto narrativo de la Biblia y hacer accesible a los educadores el relato bíblico como instrumento pedagógico".

En la primera conferencia titulada "La función educativa de los relatos bíblicos", el profesor y teólogo André Wénin de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), ha subrayado cómo la propia Biblia "atribuye virtudes educativas al hecho de narrar historias y transmitirlas", mediante las cuales se enseña "a conocer a Dios, a confiarse a Él y a actuar para vivir" y ha explicado que la peculiaridad de los relatos bíblicos es "la prosa de ficción historificada que emplean para reflejar la complejidad inherente a la condición humana en la historia".

Igualmente, ha dicho que "la Biblia propone relatos forjados a partir de la experiencia que el Israel antiguo ha creído tener de su Dios, plantea la vida mediante historias que reflejan la complejidad de esa vida, y por eso no pueden reducirse a un mensaje fácilmente descifrable".

Por su lado, el decano de la facultad de Teología de Valencia, Juan Miguel Díaz Rodelas, ha invitado a "volver a los relatos bíblicos evitando perderse en los temas históricos, en la crítica literaria o en el hecho mismo de la narración, para poder entrar en la esencia, que es esa historia que Dios ha conducido y que ha llevado a la plenitud en Jesucristo".

Díaz Rodelas ha pronunciado una conferencia titulada "El relato paulino de la historia del amor de Dios", en la que se ha centrado en las figuras de Adán, Moisés y Abraham, del antiguo Testamento, reflejadas en las cartas de San Pablo.

En su intervención, el teólogo valenciano ha explicado que la Biblia "puede ser una herramienta pedagógica si ayuda al lector a introducirse en el sentido de la historia" porque "los relatos bíblicos son relatos populares que no se meten en grandes misterios, sino que es una forma sencilla y narrativa de anunciar el amor de Dios, de explicar que Dios nos ha creado, nos conduce y que la historia tiene un sentido porque camina hacia una plenitud".

En este sentido, ha apuntado la necesidad de "hacer lo que hizo Pablo, y es leer las Escrituras desde Cristo, desde la vida cristiana y desde la fe de la Iglesia".

El congreso ha contado con la participación de José Manuel Alcácer, catedrático de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de Valencia, que ha impartido la ponencia titulada "La Biblia como confesión de la fe del pueblo de Dios y modelo de la pedagogía divina".

El profesor dominico se ha referido a la progresiva intervención de Dios en la historia, "hasta el punto de convertirla en Historia de Salvación", y a la manifestación de la pedagogía divina a través de esta historia "para llegar hasta el corazón del hombre según su capacidad receptiva en cada momento".

Asimismo, ha afirmado que "Dios, llevado por su misericordia y fidelidad, se ha acomodado constantemente a la capacidad humana para ser entendido en cada uno de los acontecimientos de la historia en los que ha intervenido" y ha subrayado que "los libros de la Escritura enseñan firmemente con fidelidad y sin error, la verdad que Dios quiso consignar en las sagradas letras, para nuestra salvación".

El ponente ha concluido que si éste ha sido el actuar de Dios, en su opinión, "los cristianos debemos imitarle tanto en cuanto al contenido de lo anunciado, como en cuanto al modo de anunciarlo", es decir "adaptando el mensaje divino con el fin de que sea comprendido lo mejor posible por aquellos a los que se dirige".


Fuentes ANCA de la UCV

martes, 1 de abril de 2014

HACIA NUEVOS RETOS EN LA EDUCACIÓN EN EL DÍA MUNDIAL DE LA EDUCACIÓN

Hoy día mundial de la educación, la OCDE nos regala un nuevo pildorazo. El alumnado español, también a la cola de la OCDE en resolver problemas diarios.

Los resultados de los alumnos españoles de 15 años en la resolución de problemas de la vida real son inferiores a la media de la OCDE, como también sucede con las pruebas de Matemáticas, Lectura y Ciencias, conocidas el pasado diciembre.

Sin duda alguna, la educación, junto con la salud y el trabajo, son los peldaños más importantes para el desarrollo de los pueblos.

Por eso, hoy día mundial de la educación, quizás sea unos de los momentos a lo largo del año, en que todos padres, profesores, maestros y alumnos deberíamos de pensar en el camino que hemos construido en la educación. Pero, principalmente en cuáles son los nuevos retos de la educación.

Hace ya años que introducimos los ordenadores en nuestras aulas, posiblemente pensando que era la panacea a todos los problemas de aprendizaje de nuestros alumnos. Transcurrido un tiempo considerable, son muchas las voces que vuelve a reclamar nuevos cambios, nuevas tendencias en el aprendizaje. Considerando que ha sido quizás algo absurdo llenar nuestras aulas de ordenadores. Con esto, no quiero decir que no tengamos ordenadores en las aulas, no; es más, son vitales.

Lo que quiero decir con todo esto, y comparto aquí las ideas que recojo de mi compañero Miguel Machi en su blog la mariposa y el elefante; es que en la escuela lo que se necesita es un cambio metodológico. Un cambio basado en el supuesto de que el aprendizaje se construye  (no solo se transmite y reproduce) y, que para que se genere ese aprendizaje es necesaria la implicación de los profesores y de los alumnos. No se puede enseñar a la contra, no se puede remar contracorriente. No se puede enseñar sin la implicación de los alumnos. Además tenemos que dar por hecho que el aprendizaje es un proceso que se genera de manera constante y de manera inevitable, y no exclusivamente entre las cuatro paredes de un aula, o frente a la pantalla de un ordenador.

Educar supone asumir que el alumno es el protagonista de su proceso educativo, que cada alumno interpreta y construye conocimiento a su manera y que ese conocimiento en muchos casos no puede ser detectado por unos estandarizados test de inteligencia, ni por unas pruebas excesivamente academicistas.

Educar supone dar la vuelta a la acción formativa en la que ya no se trata de que el maestro enseña y el alumno aprende, sino que toda la comunidad educativa contribuye para que fruto de estas sinergias el alumno (en mayor medida, y también el profesor) se transforme. Los profesores, poco a poco, deberemos ir abandonando el papel de expertos para convertirnos en facilitadores, en diseñadores de escenarios de aprendizaje, en acompañantes, en consejeros,… Siempre nos habían dicho que para ser un buen maestro no bastaba con saber mucho sobre la materia, además tenías que saber explicarla, transmitirla. Yo creo que la competencia más demandada en los presente-futuros maestros es y será la de saber observar, saber escuchar y ser capaces de facilitar que el talento que se esconde dentro de nuestros alumnos florezca por sí mismo. Siguiendo un poco las ideas de Ken Robinson, no se trata tanto de meter contenidos, sino de sacar talento innato, como nos indica Miguel.


FELIZ DÍA DE LA EDUCACIÓN A TODOS.